- 23 Mar 2010, 08:30
#213183
Bueno, pues yo también meto cuchara, aunque esta información era para un proyecto que supongo que ya fue presentado...
El principal inconveniente de trabajar con una presión de trabajo alta, es la cantidad de fugas que se producen.
Una fuga neumática de un mm de diametro, a 7 bares, cuesta unos 400 € al año en energía.
Si en vez de una fuga, tenemos 50 fugas (cosa no extraordinaria en una instalación grande), eso supone unos 20 mil euros en energía cada año.
Si trabajas a 8 bares, la cantidad de energía es mucho mayor (no aumenta de forma lineal).
Estas fugas se pueden localizar y eliminar... pero las fugas crecen anualmente al ritmo aproximado de un 5% (debido a desgastes, a juntas que se deterioran, a manipulaciones inadecuadas, etc.).
Lo mejor, desde el punto de vista económico y de eficiencia energética (y por tanto, indirectamente, también lo más "ecológico"), es trabajar a la presión más baja posible.
Y si en uno o dos puntos necesitas una presión superior... o bien cambias el dispositivo (pones un cilindro de mayor sección, por ejemplo), o bien instalas un multiplicador de presión.
Hoy en día, los fabricantes van sacando equipos que ahorran energía neumática, que trabajan a menores presiones, que tienen menos pérdidas... válvulas, vénturis, cilindros, sopladores, etc., que tienen consumos de aire considerablemente inferiores.
Todo ese ahorro se va a la porra si decidimos subir la presión de los compresores porque tenemos un equipo mal dimensionado y decidimos aumentar la presión.
Debemos recordar que la eficiencia energética de un compresor es bajísima. Ronda el 5-10% (debido a las pérdidas de calor porque el aire es compresible).
O sea, cada kWh neumático, ha requerido entre 10 y 20 kWh eléctricos.
Audentes Fortuna Iuvat