El tema de movimientos de humos es muy complicado y resulta muy complicado que las normas puedan contemplar y regular todos los supuestos posibles. No obstante hay que tener en cuenta una serie de factores clave para diseñar una estrategia adecuada de configuración de ventilación, climatización, extracción, etc. en caso de incendio dependiendo en donde se produzca.
En primer lugar, tener en cuenta que aunque resulte una obviedad, los humos y gases calientes fluyen hacia arriba. Estos humos y gases calientes (Muy energéticos) pueden provocar incendios en lugares más alejados del propio recinto en donde se encuentra el foco del incendio (Fenómenos convectivos) debido a las temperaturas que pueden alcanzar, actuando de esta forma como focos de ignición.
Estos humos y gases calientes pueden y de hecho ocurre prácticamente siempre en incendios confinados contener gases resultantes de una combustión incompleta (Déficit de aporte de oxígeno durante la combustión) altamente energéticos que si se topan en su camino con una fuente de ignición pueden entrar de forma súbita en combustión.
La propagación de estos humos a espacios, locales, etc. colindantes pueden comprometer la evacuación en tanto en cuanto afecte a las personas que están siendo evacuadas en ese momento o a terceros no afectados en un primer momento, a lo que podemos añadir la confusión y el pánico al tener la sensación de que los humos se encuentran por todas partes y ser capaz de discernir una vía de escape clara.
Los humos, a falta de corrientes de aire u otro tipo de fenómenos generadores de turbulencias, ascienden hasta el techo creándose un colchón de forma laminar. Esto resulta muy interesante ya que genera un tiempo extra de evacuación muy necesario en tanto en cuanto el colchón no crezca hacia abajo y acabe por ocupar la totalidad del recinto (Lo que se suele decir de caminar agachado o a gatas para escapar del humo).
A veces, la puesta en funcionamiento de los sistemas de extracción de aire, ofrecen un tiempo extra de evacuación para los ocupantes pero otras veces, pueden provocar fenómenos turbulentos de efecto totalmente contrario.
Los bomberos, abogamos siempre de forma general (Aunque casi hay tantas excepciones en la realidad como casos en los que aplicar la regla general) por la compartimentación aunque ello nos complique las tareas de acceso y extinción, pues resulta primordial dar tiempo a las personas para evacuar y que el incendio no se propague en la medida de lo posible.
Un saludo.
En primer lugar, tener en cuenta que aunque resulte una obviedad, los humos y gases calientes fluyen hacia arriba. Estos humos y gases calientes (Muy energéticos) pueden provocar incendios en lugares más alejados del propio recinto en donde se encuentra el foco del incendio (Fenómenos convectivos) debido a las temperaturas que pueden alcanzar, actuando de esta forma como focos de ignición.
Estos humos y gases calientes pueden y de hecho ocurre prácticamente siempre en incendios confinados contener gases resultantes de una combustión incompleta (Déficit de aporte de oxígeno durante la combustión) altamente energéticos que si se topan en su camino con una fuente de ignición pueden entrar de forma súbita en combustión.
La propagación de estos humos a espacios, locales, etc. colindantes pueden comprometer la evacuación en tanto en cuanto afecte a las personas que están siendo evacuadas en ese momento o a terceros no afectados en un primer momento, a lo que podemos añadir la confusión y el pánico al tener la sensación de que los humos se encuentran por todas partes y ser capaz de discernir una vía de escape clara.
Los humos, a falta de corrientes de aire u otro tipo de fenómenos generadores de turbulencias, ascienden hasta el techo creándose un colchón de forma laminar. Esto resulta muy interesante ya que genera un tiempo extra de evacuación muy necesario en tanto en cuanto el colchón no crezca hacia abajo y acabe por ocupar la totalidad del recinto (Lo que se suele decir de caminar agachado o a gatas para escapar del humo).
A veces, la puesta en funcionamiento de los sistemas de extracción de aire, ofrecen un tiempo extra de evacuación para los ocupantes pero otras veces, pueden provocar fenómenos turbulentos de efecto totalmente contrario.
Los bomberos, abogamos siempre de forma general (Aunque casi hay tantas excepciones en la realidad como casos en los que aplicar la regla general) por la compartimentación aunque ello nos complique las tareas de acceso y extinción, pues resulta primordial dar tiempo a las personas para evacuar y que el incendio no se propague en la medida de lo posible.
Un saludo.