Un proyectista, al que se le presupone el conocimiento de toda la normativa, realiza un proyecto y lo firma. A partir de ese momento, encuentro lógicos 2 caminos a seguir por la administración:
1) El Técnico municipal revisa el proyecto e informa de
omisión de normativa a aplicar, pero no se mete en la interpretación de la misma. La responsabilidad, en caso de desaguisado y defecto de interpretación, es del proyectista.
2) El Técnico municipal revisa el proyecto e informa de
omisión de normativa a aplicar e interpretación de las normas. La responsabilidad, en caso de desaguisado, debería repartirse entre el proyectista y el Técnico municipal. Sino, para qué revisa, interpreta y corrige.
Pero desconozco si existe alguna normativa que lo regule.
Respecto a lo del proyecto eléctrico, por qué tienes que justificar ante la administración 2 veces lo mismo. El resultado es falta de eficiencia, trámites más largos, y mayores costos para el ciudadano.